El aumento de potencia se ha obtenido variando la gestión electrónica del motor, mejorando la entrada de aire en los cilindros y optimizando la salida de los gases de combustión a través de los escapes. La caja de cambios es la misma que la que utiliza el F-TYPE denominada "Quickshift", la cual tiene ocho velocidades y se puede controlar manualmente con unas levas que hay detrás del volante.
Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos (3 décimas de segundo menos que el XFR) y su velocidad máxima está limitada electrónicamente a 300 km/h (en el XFR lo está a 250 km/h). Según Jaguar el consumo medio de carburante no ha variado con respecto al XFR, por lo que éste es 11,6 L/100 km. El sistema automático de parada y arranque del motor en detenciones es de serie.
Con respecto al XFR, los muelles y los amortiguadores se han endurecido un 30%, se ha modificado el ángulo de caída de las ruedas del eje delantero y se ha revisado la geometría de la suspensión del eje trasero. También se ha modificado el funcionamiento de varios sistemas electrónicos de ayuda a la conducción como el de la gestión electrónica de la suspensión adapatativa, el del control de estabilidad y el del diferencial electrónico.
La carrocería tiene diversas modificaciones aerodinámicas, entre ellas destacan los dos tipos diferentes de alerón trasero disponibles. En general Jaguar afirma que estas modificaciones reducen la elevación aerodinámica en un 68 %. Todo ello contribuye, según Jaguar, a mejorar el agarre en las curvas, aumentar la estabilidad lineal y a limitar los movimientos laterales de la carrocería.
Tiene unas llantas de 20 pulgadas denominadas "Varuna" sobre las que se montan unos neumáticos de medida 265/35 en el eje delantero y 295/30 en el trasero (255/35 y 285/30 en el XFR respectivamente). El sistema de frenos está compuesto por cuatro discos ventilados con un tamaño de 380 milímetros delante y 376 milímetros detrás.
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